Cambiando el rumbo de lo que cuento

Hoy voy a contar un poco de mi situación.


Sí, estoy estudiando una carrera universitaria. A punto de egresar, finalizando el noveno ciclo de diez. No soy un estudiante mediocre, pero tampoco espectacular, cumplo en lo académico pero no me olvido de vivir.

Me pregunto qué me depara el futuro -La pregunta del millón diremos muchos. Veo a algunos de mis compañeros trabajando, otros esforzándose por conseguir empleo y otros tantos con capacidades para obtener uno de esos trabajos deseados ( a lo mejor por mí ) y luego me veo a mí, y no veo nada de eso.

Estoy en un punto en el que no sé qué hago, y mucho menos dónde estoy parada.
Es como esa sensación de estar en una piscina, todo se resume a estar, estar, estar y solamente estar, flotar en los mismos límites, sin peligro, pero tampoco sin acción.

Me deprime un poco, debo admitir, pero no sé que hacer.
Por momentos siento que no encuentro el sentido de lo que soy (o pretendo ser).

Respuestas que no quiero saber

Aún salís a relucir en mis conversaciones, no se por qué, pero ahí apareces, cuando menos lo espero.


¿Significa entonces que aún me importás? ¿Que aún te siento? ¿Que te quiero?

Prefiero no buscar la respuesta a éstas preguntas, prefiero desconocer si la respuesta no es la que quiero sentir.

No te quiero sentir, no te quiero pensar, pero estoy otra vez escribiéndote sin sentido, porque sé que no lo vas a leer. Tampoco quiero que lo leás. Simplemente quiero que salgás de donde sea que te me metiste.


Seguimos jugando

Me gusta que sigás siendo tan estúpido, que al hablar saqués a relucir ése tu lado (casi)oculto.


Ya no sé qué rumbo está tomando este juego, pero me ayudás tanto a ganar cuando actuás así. Me hacés todo más fácil. Pensé tanto en que a lo mejor podía no ver tu comportamiento infantil, en que podía ignorar tus faltas de ortografía, en que podía jugar a ser ciega, sorda y muda. Pero no.

No puedo ser ésa que te puede querer. Tampoco puedo ser quien te llame y te diga a dónde va.
No puedo simplemente perder mi libertad.

Sigo en el tablero, no sé exactamente en qué lugar, pero cada día me siento más lejos de la derrota. Y sí, gracias a vos.

sonrisas vacías

Lo único que me provoca ahora es sonreír,

sí, sonreír.

Sonrío al verlo desesperado por una mirada mía,
por una palabra mía....

Ya no sé qué palabras darle
más que estas que son las únicas que me nacen.

Le quise querer, pero lo echó a perder y lo sabe más que bien.

Pude haber dejado de respirar si así lo deseaba... pude haber sido y hecho muchas cosas para complacerle, pero hoy ya no.

Solo me queda la sensación de humedad que las lágrimas dejaron,
y esas pocas palabras que en desesperación se me escaparon.





¿El qué?

No le ofrezco versos grandiosos, ni anécdotas maravillosas.
Aquí encontrará sangre hecha letras, lágrimas hechas letras, emociones hechas letras, opiniones hechas letras e incluso la nada hecha letras. Lo que leerá es real ( o al menos así cree mi cerebro)

¿Y quién?

Mi foto
May
Mujer de 22 años, con (muchos)ataques de sinceridad. Una mujer que se desahoga cuando quiere y puede, escribo lo que siento, lo que me pasa, y en ocasiones lo que no sé si en realidad pasa. Divago la mayor parte del tiempo. Vivo llena de confusiones. Léame y hágase una opinión.
Ver todo mi perfil