Me gusta que sigás siendo tan estúpido, que al hablar saqués a relucir ése tu lado (casi)oculto.
Ya no sé qué rumbo está tomando este juego, pero me ayudás tanto a ganar cuando actuás así. Me hacés todo más fácil. Pensé tanto en que a lo mejor podía no ver tu comportamiento infantil, en que podía ignorar tus faltas de ortografía, en que podía jugar a ser ciega, sorda y muda. Pero no.
No puedo ser ésa que te puede querer. Tampoco puedo ser quien te llame y te diga a dónde va.
No puedo simplemente perder mi libertad.
Sigo en el tablero, no sé exactamente en qué lugar, pero cada día me siento más lejos de la derrota. Y sí, gracias a vos.
0 comentarios:
Publicar un comentario